Cuando DriveSavers abrió sus puertas, los disquetes eran lo más avanzado, los discos duros apenas podían guardar una foto con los estándares actuales, y las cintas magnéticas eran el recurso habitual para respaldos empresariales. Cuatro décadas después, hemos trabajado con todos los dispositivos de almacenamiento a medida que fueron evolucionando.
Para los años 90, los medios de almacenamiento recibieron una gran mejora. El disco ZIP de Iomega se convirtió en el favorito de los creativos, ofreciendo una alternativa elegante y de alta capacidad al disquete.
En 1999 llegó al mercado la tarjeta SD, ofreciendo a usuarios de cámaras y teléfonos móviles una forma compacta de almacenar fotos y música.
Revolución del año 2000: la unidad flash USB. Compacta, duradera y plug-and-play, redefinió el almacenamiento portátil para una nueva generación.
Para 2003, los discos SATA comenzaron a reemplazar el formato IDE, ofreciendo velocidades de transferencia de datos más rápidas y convirtiéndose en el nuevo estándar.
En 2007, el primer iPhone cambió todo: puso memoria flash en nuestros bolsillos y transformó la forma en que almacenamos y accedemos a nuestra vida digital.
En 2013, el fabricante HGST fue más allá con los discos duros llenos de helio. Estos operaban a menor temperatura y ofrecían más capacidad, ideales para proveedores de la nube y entornos empresariales.
El iPhone 13 Pro debutó en 2021 con 1 TB de almacenamiento interno—un hito que deja atrás a muchas computadoras de escritorio de hace una década.
El chip M2 de Apple llegó en 2022, integrado al MacBook Air junto con unidades SSD de hasta 2 TB.
Para 2023, el nuevo chip M3 trajo aún más velocidad y eficiencia, con una GPU de nueva generación y potentes capacidades de procesamiento neuronal.
El MacBook Air 2024 con chip M3 demuestra cuánto hemos avanzado: rendimiento potente y almacenamiento impresionante en una máquina más liviana que un libro.